Christy Martin: fuera del ring, los golpes son más fuertes
Por Casey Kelbaugh
Apuñalada y disparada por su marido con su propia pistola rosa, ‘The Coalminer’s Daughter’ abrió el camino del boxeo femenino. Ahora organiza veladas contra la violencia doméstica.
Nunca se propuso ser una pionera del boxeo. Subió a un ring para ganar 1.000 dólares y poderse pagar los estudios de maestra. Después de la graduación, se quiso dar una oportunidad en un deporte tradicionalmente masculino como el boxeo. Christy Martin abrió el camino a todas las mujeres que quisieron dedicarse a repartir golpes dentro del cuadrilátero. Y con el color rosa como signo de distinción. Como la pistola, su propia pistola, de donde salió la bala que le perforó un pulmón.
“¡No podrás matarme!”
Su historia empieza en 1989, con 21 años y como Christy Salters,
cuando un promotor la vio competir en el circuito “Toughwoman” ganando
tres títulos consecutivos y le buscó un entrenador, James Martin,
que la puso de sparring contra sus chicos en un gimnasio
de Bristol, Tennesse y quedó impresionado de su potencial. En
1992 le pidió matrimonio cuando ella tenía 24 años.
Mirando atrás, Christy reconoce que se casó por
conveniencia social ya que en el instituto había intimado con chicos y chicas y
estaba preocupada por si su interés en otras chicas podía perjudicar su carrera
como boxeadora en una familia bastante conservadora. Jim la
convenció de que su familia no la quería, que no encontraría a nadie que la
quisiera entrenar y que él era la única persona en quien podía confiar. El
control psicológico y físico que Jim aplicó en ella fue
creciendo a medida que pasaban los años: “Nadie me ha tumbado, excepto Jim”
dijo Christy cuando cambió su apellido a Salters después
del divorcio.
Christy, campeona
del mundo de peso ligero. Foto: Christy Salters
Su salida del armario vino ‘online’. A través de Facebook contactó con
una antigua amante del instituto, Sherry Lusk. Ésta la sacó de la
adicción a la cocaína y empezaron una relación amorosa. Christy inició
los papeles del divorcio con Jim. El 22 de noviembre de 2010 las
dos mujeres se encontraron en un motel cerca de Daytona Beach y
se dieron un beso antes de entrar en la habitación. Jim Martin estaba
observando.
A la mañana siguiente, al volver a casa, Christy oyó
como alguien afilaba un cuchillo en la cocina. Se dirigió a su habitación donde
se disponía a descansar puesto que tenía jaqueca. Jim entró en
la habitación y le asestó tres cuchilladas en el pecho y un corte en la pierna.
Después le disparó con la pistola rosa que guardaba mientras ella le gritaba
“¡No podrás matarme!”.
Puso el boxeo
femenino en el mapa
Tras 19 victorias consecutivas, en 1993, Christy ganó
su primer título , el campeonato mundial WBC superligero
ante Beverly Szymansky en tres ‘rounds‘. En 1994 debutó
en Las Vegas ganando por ‘knockout‘ en el primer ‘round‘.
Defendió su título en seis ocasiones más hasta que, en 1996, llegó a la cúspide
en el gran combate televisado ante Deirdre Gogarty.
Su notoriedad fue en aumento. Portada de Sports Illustrated en 1996, firmó un contrato con el promotor de combates Don King y pasó de ganar 15.000 dólares a tener una cuota de 150.000 dólares por velada. Se convirtió en la primera boxeadora en entrar en el ‘Nevada Boxing Hall of Fame‘.
Descenso deportivo,
depresión y cocaína
Tras dos años sin ninguna derrota, en diciembre de 1998, cayó ante Sumya
Anani. En la entrevista posterior al combate, la boxeadora de 30 años dijo
que ya tenía suficiente. Pero el contrato con Don King terminaba
en 2001 y Christy se subió al ring ocho veces
más. En 2003 sufrió su primera derrota por ‘knockout‘ ante Laila
Ali y hacia finales de 2006 se sentía abrumada. Entró en una depresión
por su sexualidad escondida durante tanto tiempo, la presión abusiva de Jim y
las derrotas recibidas dentro del cuadrilátero.
Encontró refugio en la cocaína que Jim le
proporcionaba. Hacia 2008 no salía de casa. Los casi 4 millones de dólares que
había cosechado recibiendo y dando golpes se esfumaron.
Tras el intento de asesinato y casi dada por muerta, Jim Martin la
abandonó en el dormitorio conyugal convencido de que Christy daría
allí su último aliento. Pero como muchas otras veces había hecho, se levantó,
salió a la calle y consiguió parar un coche que le llevó al hospital. Jim fue
condenado a 25 años de prisión.
Y ella volvió al ring. Después de siete días hospitalizada le pidió
a Miguel Díaz, un entrenador que se encontraba en Las Vegas,
que le preparase para nuevos combates. “El boxeo es la mejor terapia que puedo
encontrar” le dijo. Ciento noventa y tres días después del disparo y el
apuñalamiento y a los 43 años, Christy Salters subió a un ring
vestida de rosa para buscar su victoria número 50 ante Dakota Stone.
En el sexto asalto, aunque ella no quería, el doctor pidió terminar el combate:
los rayos X mostraron nueve fracturas y tras dos horas en el quirófano, Christy no
podía hablar ya que un golpe en la cabeza le había afectado la parte derecha de
su cuerpo.
Se negó a retirarse y todavía en 2012 luchó ante Mia St. John que
le venció en 10 asaltos. Christy Salters tuvo que aceptar que
su carrera pugilística había terminado y que regresaba al mundo real. Durante
dos años fue profesora sustituta en el instituto Vance de Charlotte hasta
que, junto a su nueva pareja, la exboxeadora Lisa Holewyne, ha
montado un gimnasio donde entrena y prepara a boxeadores organizando veladas a
través de ‘Pink Promotions’ contra la violencia doméstica.
Repercusiones
Ser el primero en el deporte y en la vida lleva sus consecuencias
físicas o mentales y la resiliencia se convierte en la mejor de las
aliadas. Salters subió y tocó fondo pero empezó un camino que
abrió la oportunidad a tantas mujeres que se vieron reflejadas en su lucha,
sobre el ring y en la vida conyugal. En 2013 habló ante los
senadores en el Capitolio de Washington, DC para
apoyar la ‘Protecting Domestic Violence and Stalking Victims Act“. Ahora
organiza veladas de boxeo en las que sus púgiles llevan guantes rosas para
recaudar fondos para organizaciones en defensa de las mujeres maltratadas.
Físicamente, las consecuencias de tantos golpes le producen falta de
resistencia física y doble visión, pero lo que más le duele son los golpes
recibidos fuera del ring.
Publicado en historiasdeoutsiders.com
NdelaR: Su récord como boxeadora profesional es de 49 victorias (32 KOs)
7 derrotas y 3 empates. Peleó entre 1989 y 2012. Fue la primera boxeadora que
celebró un contrato con Don King. Derrotó en Pompano Beach (Florida) por decisión
unánime a Marcela Acuña, en lo que fue el debut profesional de la Tigresa. Fue campeona CMB superwelter en 2009, al
vencer a Dakota Stone por puntos.
Actualmente es CEO de Christy
Martin Promotions, empresa organizadora de veladas de boxeo. Entre otros,
ha trabajado con el argentino Alberto Palmetta.
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