La catedral del boxeo marplatense




El Estadio Bristol se inauguró en 1946, con un festival entre boxeadores argentinos y uruguayos. Fue durante mucho tiempo, el segundo escenario del boxeo argentino, detrás del Luna Park.




Ubicado en la manzana rodeada por las calles España, Jujuy y 25 de Mayo y la Avenida Luro, tenía una capacidad declarada de 8.000 espectadores, pero más de una vez la concurrencia fue mayor. Su ingreso principal estaba sobre la mencionada avenida en el número 3459. Antes, en el terreno había funcionado el taller de los tranvías que circulaban por la ciudad.

Durante 25 años, el principal promotor fue Juan Pathenay, aunque también hubo estrechos vínculos con la empresa de Corrientes y Bouchard.

No sólo hubo boxeo, sino que también se desarrollaron otros espectáculos, como los Harlem Globetrotters en 1952.




Los más importantes boxeadores marplatenses se presentaron en el ring del Bristol: Ubaldo Sacco (padre e hijo), Tito Yanni (padre e hijo también), Aníbal Di Lella, Miguel Angel Páez, Andrés Selpa y Raúl Santos Villalba, quien además fue velado en el estadio, tras su muerte en un evento de caza en 1966, cuando se hallaba en su mejor momento.

En 1956, se presentó Pascual Pérez, entonces campeón del mundo de los moscas. Para estupor de la concurrencia, su rival Antonio Toscanito Gómez lo envió a la lona. Pese a tenerlo groggy, no lo pudo rematar. Luego Pascual se recuperó y le dio una paliza. Allí, el estadio empezó a ser conocido como el ring de las sorpresas.




Otro resultado inesperado se dio cuando Rafael Merentino, un azuleño radicado en la ciudad, venía de una formidable racha de KOs, hasta que perdió el invicto frente a Rafael Miranda.

También se destaca la vez que en 1963, el mencionado Villalba le quitó el invicto a Abel Laudonio –uno de los pocos vencedores de Nicolino Locche- tras derribarlo en dos ocasiones.

En 1958, reaparecía el campeón sin corona Eduardo Lausse noqueando al italiano Sixto Taselli.

También se presentaron en el Bristol grandes figuras internacionales como los estadounidenses Archie Moore y Sandy Saddler, los españoles Fred Galiana, Manolo García y José María Valdez o el cubano Reinaldo Buides Mora.

Yo tuve el gusto de conocerlo en el verano de 1972, cuando empataron el campeón argentino de los welter Abel Cachazú y el local Aníbal Jabalí Di Lella. Recuerdo la melena rubia brillante de Hugo Orlando Gatti, entonces arquero de Gimnasia y Esgrima de La Plata, en el ring side.

Ese mismo año, el Bristol fue cerrado. Luego se demolió. En su terreno, hoy funciona un estacionamiento, tras haber estado allí un local para la realización de la verificación técnica vehicular.

Veamos algunos documentos fílmicos de algunas de sus grandes noches:



Abril de 1968, Nicolino Locche derrotó por puntos a Juan Carlos Gómez. Ocho meses después, el intocable obtendría el título mundial de los superligeros. Antes, empató con el local Aníbal Di Lella:



Y el mismo Jabalí, en 1970, derrotaba a Ramón La Cruz:



Y la gran pelea entre Miguel Angel Páez y Gregorio Goyo Peralta:

 

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