El duro e injusto presente de Yésica Marcos
El Bombón Asesino apenas tiene para comer y da
clases de boxeo en el polideportivo municipal de San Martín.
Yésica Marcos, “El Bombón Asesino” y una de
las glorias del deporte de Mendoza, pasó de estar en la cima del boxeo
profesional a vivir en una precaria casa hecha con nailon en San
Martín. Su única compañía, 8 perros y un gato.
Pese a ser la primera boxeadora profesional de
la provincia y ostentar un doble campeonato mundial supergallo de la Asociación
Mundial de Boxeo (AMB) y de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), “La
Leona” apenas tiene para comer.
“Le he puesto la casita de cristal. La
hice con nailon que me donaron unos amigos. He ido a la municipalidad y no
tienen nada para mí, pero cuando va otra gente le dan hasta machimbre”, aseguró
la mujer, de 35 años.
A su ocaso deportivo, se sumaron deudas, malas
oportunidades laborales y poco apoyo. En el departamento, no faltan quienes
sostienen que muchos le dieron la espalda.
“Mi
vivienda anterior la tuve que vender porque tenía muchas deudas, la alquilé y
nunca pagaron nada”, detalló mientras abraza a sus mascotas en el patio de su
hogar construido con nailon y chapa cerca de la Ruta 7.
El 25 de septiembre de 2008, a sus 22
años, Yésica debutaba en el polideportivo San Pedro de San Martín
ante Cristina del Valle Pacheco. A partir de allí inició una carrera exitosa
que comenzó a declinar en 2014 cuando tuvo problemas con sus representantes.
Probó en Chile, pasó por San Luis y finalmente volvió a su tierra natal.
Como si quisiera olvidar esa parte de su
pasado, Marcos no recuerda con exactitud la fecha de estos últimos
acontecimientos. “Cierro las etapas y me olvido de todo. En San Luis no tenía
trabajo y me vine acá a laburar en la cosecha. Me prestaron una piecita y
estuve viviendo allí, pero tuvimos que desocupar urgente”, dijo y detalló que
recogió cerezas, uva y duraznos mientras le pedían fotos o directamente la
ignoraban para no incomodarla.
“La
peleé mucho con el tema económico porque la muni no me quería dar
trabajo. La peleé y ahora doy clases de boxeo a mujeres en el
poli, pero cobro $13 mil de sueldo”, contó.
Y aclaró que tampoco puede dar clases particulares,
porque si bien son más redituables, necesita un lugar y materiales.
“Solo tengo un par de guantes que me dio el
boxeo en mi vida”, se lamentó y aseguró que en el polideportivo del barrio San
Pedro tampoco hay instrumentos. “Me dicen que van a llegar, pero así la gente
se termina yendo porque no ve nada. Quieren pegarle a la bolsa,
desahogarse un poco…”, afirmó.
En cuanto al apoyo que pretende de la comuna,
agregó: “No sé si no me quieren dar nada porque estuve mucho tiempo con Jorge
Giménez, peronista. Pero fue por mi carrera. Quizás me consideran una
peroncha”.
Elevarse para volver a
caer
Yésica sabe lo que es afrontar obstáculos. A
los 12 se fue de su casa y dos años después ingresó al mundo del boxeo, pero su
camino no fue fácil. Años atrás reconoció durante una entrevista televisiva que
durante su adolescencia pedía plata en la calle y que llegó a prostituirse para
poder comer.
Sin padre y alejada de su madre, quien “sigue
con su vida junto a sus otros hijos”, la multicampeona recibió la ayuda de uno
de sus más de veinte hermanos quien le dio el terreno para que pudiera empezar
de nuevo.
“Tengo un montón de hermanos. Ellos están bien
ahora. Cuando estuve bien los ayudé, pero ahora… Ninguno preguntó si estaba
bien… Nadie viene”, dijo levantando el pecho, asegurando que ella puede sola.
Lo cierto es que sus ojos revelan el cansancio
y la mala alimentación. Ojerosa y esbozando una sonrisa posa frente a la cámara
de El Sol. “Me quedé todo el domingo durmiendo. Estaba cansada
porque había estado limpiando y cerrando el lugar para que los perros no se
escapen”, dijo al ser consultada sobre su estado de salud.
Actualmente juega al fútbol como
defensora en Las Chacareras, luego de dar clases.
Su objetivo principal es terminar su casa, al
menos, volverla más resistente a las inclemencias del tiempo. “Hoy en día
quiero ver si consigo cemento, arena, ripio, hierro porque una señora de
Guaymallén me regaló 500 bloques y con eso voy a levantar algo”, explicó.
Qué dijo la municipalidad
Consultado sobre la situación que está
atravesando la púgil, Fernando Muñoz, director de Deportes de San
Martín, dijo que entiende que “mucha gente le dio la espalda”, pero
que aseguró que desde la comuna “se le dio una mano grande” y se la ayudó
en su “repatrió desde San Luis”.
Sostuvo que se la contrató en plena pandemia y
que está en la planta estable de la comuna. “Desconozco el sueldo que está
cobrando”, dijo y recalcó que no hay cuestiones políticas en el medio.
Publicado en “El Sol” de Mendoza
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